jueves, 8 de marzo de 2012

A Carlitos.

Desde aquél último banco fuimos, día a día, consumiendo los caramelos de la adolescencia entre risas y momentos despreocupados.

Las tardes de calor en Envión, tu obstinación por sacar un punteo de Soulé y los matecitos de tu Mamá, con cascaritas de naranja. Una sonrisa de mi Papá, que cualquiera sea el motivo, se cruza en mi recuerdo.

Los viajes en el tren de las 6:43 y la bota de yeso que no te impedía sortear telarañas de vías y terceros rieles humedecidos por el sereno de la mañana.

Las quimeras con mujeres borrosas. La trasnoche del Ritz (¿ese es Hendrix? dijo un colimba) y la sensación de volver del centro con poesía del Carpo: “El hombre suburbano, sigue su rutina, sin darse cuenta que, su vida terminará, yes”.

Aquél pagadiós (el único de mi vida) en un bar de la calle Montes de Oca a la salida de un partido en Avellaneda. ¿Te acordás? Pedimos otra botella de cerveza total la plata no nos alcanzaba igual.

Y un caramelo menos, hasta vaciar la caja. 1976, todo dicho.

Así te recuerdo mi querido Carlitos, en el último banco, el “de acá atrás” o en Envión, ese barrio de mi vida. Y así te tengo hoy atesorado en la imagen eterna e imborrable, esa que a uno se le aparece en sueños. Hoy, cuando los caramelos son nuestros hijos (y nieta tuya, je), estás amigo mío.

Cuando el último banco del Tierra Santa se transformó en el amargo recuerdo de los que ya no están porque se fueron o no los vimos más, estabas.

Ahora, cuando la preocupación de la porfía diaria es más fuerte que el calor de aquellos ingenuos monoblocks, estás.

Por más que sigamos siendo arquetipos de “hombres suburbanos” supuestamente “serios” y no olvidemos que el Ritz es un Coto y Pappo se estrelló en Jáuregui, estamos juntos hermano.

Faltaría hacerle un pagadiós a la injusticia. Cuando se lo hagamos, nos verán a los dos corriendo sin mirar atrás, como aquella calurosa noche de Barracas. Correremos cagándonos de risa, juntos, muy juntos, como el día en que nuestras vidas se ligaron por siempre jamás.


Aquí juntos, en el cumpleaños de 15 de Fabiana Fdez. Garabelli. Mi estampa es totalmente berreta.

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